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- Cuando hables de tu novia con tus amigos evita la terminología culinaria o troglodita: Fulanita no "está buena" porque no es objeto de consumo. Te sugeriría dos docenas de alternativas, pero sonarían un poco antiguas. Seguro que tú mismo sabrás inventar otras. Sé creativo.- No toleres la blasfemia en tu entorno. Si la atmósfera se pone apestosa, basta con una frase ingeniosa y contundente, como la que empleó mi amiga Natalia hace años: " oye, tío, ¿por qué no insultas a tu padre y dejas al mío en paz?" Natalia tiene una voz aguda y un tanto chillona. A su "amigo" se le atragantó la pepsi.
- Y si el estudio de la tele se convierte en un zoo, en un catre o en un retrete(sin perdón, que así se llama), tira de la cadena y coge un libro. O refúgiate en la 2, donde los animalitos son más limpios y honrados.
- Manda un mail a tu periódico, a tu emisora o a tu columnista favorito, sobre todo cuando hacen las cosas bien. Levántales el ánimo, que buena falta hace.
- Utiliza Internet sin miedo y echa la red -es decir la web- para pescar: participa en los debates, da doctrina, difunde los links cristianos. Forma un grupo de amigos cibernautas y llévales el mensaje de Jesucristo.
- Pero no te olvides de poner un filtro para que no entre en casa la basura cibernética. No se trata sólo de proteger a los niños. Los adultos estamos igual de indefensos porque todos somos corruptibles y capaces de las mayores aberraciones. Si tuvieses siempre sobre la mesa un montón de revistas pornográficas, ¿estás seguro de que nunca echarías una ojeada?
- ¿Y que ocurriría si, sobre esa mesa de trabajo, hubiese una imagen de la Virgen? A Luisa, cuando la puso por primera vez en su oficina, se la rompieron.Volvió a poner otra, y la pintarrajearon. La tercera fue sustituida por una foto pornográfica...; pero la guerra no duró mucho. Desde hace más de un año nadie toca su imagen de la Virgen de Guadalupe. Y su amiga Marijose ha puesto otra.
- En tu casa, piso o apartamento también podrías poner un buen cuadro de Santa María. Es fácil encontrar uno que sintonice con su estilo: los hay para todos los gustos.
- Quítate ese colmillo de gorila que llevas al cuello. Cualquiera diría que se lo arrancaste a una amiga de la infancia. Una medalla-escapulario es mucho más práctica. Ahora muchos chavales se cuelgan el rosario como si fuera un collar. Aprovecha la ocasión para explicarles cómo se usa.
- Visita a tu párroco alguna vez. Necesita sentir el afecto de sus feligreses. Dales ideas, cuéntale el último chiste, fumaos un pitillo juntos (con permiso de la ministra), y escúchale, que a veces está muy sólo.
- En el cestillo de la Misa echa papel moneda. La calderilla está bien para las propinas o los parquímetros, pero en la Iglesia necesitan algo más que las sobras. Y en el mes de junio pon la equis donde tú sabes.
- En verano, llévate a Jesús de vacaciones. Él solía ir también a la montaña y a la playa. Y comía pescado a la brasa al anochecer. Aprende a descansar a su lado, sin huir. No lo mandes a un asilo ni lo abandones en la primera gasolinera.
- Habla de Dios a tus amigos. "Hablar de" es hablar de uno mismo, de lo que Él ha hecho contigo. Por eso cuesta. Hacer apostolado es quedarse a la intemperie, pero vale la pena.
- Y si es necesario, sal a la calle con una pancarta. Algunas veces los cristianos tenemos que manifestarnos, hacer bulto y gritar fuerte, llenando las avenidas y las plazas de las grandes ciudades. No quemes papeleras ni estropees el mobiliario urbano. Lleva a los viejos y a los niños, que somos gentes de paz y no correrán riesgos.
FIN
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